In Hamburg sagt man Tschüss...

No sé si os pasa lo mismo, pero cada vez que subo las escaleras a la terminal del aeropuerto de Hamburgo me fijo en el letrero de despedida Auf Wiedersehen in Hamburg, y me siento reconfortada de alguna manera sabiendo que la ciudad me estará esperando cuando vuelva, para seguir viviéndola. 

Hoy, cuando haga mi entrada por esas escaleras después de algo más de cuatro años, será con un billete de ida. Una ida muy deseada que no sólo me lleva a casa por Navidad, si no también me dará una oportunidad de empezar un "año nuevo, vida nueva" en mi país. O bueno, vale, más cerca de casa. No os alborotéis ;)


Aunque me siento afortunada de poder volver, en las últimas semanas estoy con la lágrima detrás de la oreja, y cuando menos lo espero, sale a a escena. Acompañada de un pellizco en el estómago que no me suelta. Intento retener cada paisaje, olor o sonido y que se me quede grabado para cuando me entre la morriña de mi Hamburg.

Al subirme al avión dejaré atrás muchas cosas, pero puedo asegurar que todas se vienen conmigo; cada experiencia buena o mala, y sabré sacarle el jugo lo mejor que sé. Al fin y al cabo es una parte importante de lo que soy hoy en día. Y es que hoy, más que nunca, me siento protagonista del No hay mal que por bien no venga. El mal que me obligó a quedarme cuando en su día quise volver y no hubo posibilidad, y que tanto bien ha traído a mi vida. 


A toda la gente que he conocido durante estos años, no puedo más que agradecerle todo lo que me ha aportado, afortunadamente (casi) siempre cosas bonitas. Y a los que llegaron para quedarse, para quedarse en mi vida. A mi familia hamburguesa, que todos y cada uno de ellos y ellas saben quienes son y, por si les cabía alguna duda, se lo dejo por escrito. Desde los que están conmigo desde el principio, los que llegaron más tarde y los que ya se fueron. Gracias por enseñarme  sin quererlo, a valorar muchas cosas, que en otras circunstancias de la vida difícilmente se podrían aprender. Gracias por darme tantos recuerdos de los que no se quieren borrar. En definitiva, gracias por cruzaros en mi camino.

Uno los mejores regalos que una experiencia en la vida puede darte, me acompañará de la mano en la nueva aventura. Qué gran suerte la mía.

Aún podré volar de vuelta bien acompañada. Y brindaremos por todo lo bueno que está por venir. Por todo lo que nos queda por vivir.

Meine liebe Mädchen, the show must go on! :)

Hamburg, meine Perle. Ich werde dich unheimlich vermissen...

Y a los demás, os podéis hacer una idea. Os quiero mucho!

Mery

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